
Custodia, Conservación y Exposición
Desde la fundación de las diferentes cofradías lorquinas, los máximos desvelos de sus dirigentes han ido siempre encaminados a la salvaguardia, mantenimiento y conservación del bordado lorquino, vigilando que el mismo no pierda su sentido original y su visión artística. Asimismo han promoviendo estudios y trabajos sobre la autenticidad y rigor histórico de los grupos bíblico-históricos-pasionales, tal y como se establece en sus Estatutos.
Los encargados de la puesta en escena de los bordados son los mayordomos de las diferentes cofradías de la Semana Santa, aquí denominados "Pasos", que son conocidos por los colores de sus túnicas y emblemas: Paso Azul, Paso Blanco, Paso Encarnado, Paso Morado, Paso Negro y Paso del Resucitado.
Los mayordomos deben realizar labores de organización, coordinación y dirección del desfile, debiendo determinar las pautas, orden y ritmo necesario a fin de que la procesión se desarrolle del mejor modo posible, con el ritmo adecuado y con la mayor brillantez. Para ello se mantienen reuniones periódicas durante meses en las denominadas "escuelas de mayordomos", donde los más jóvenes son formados por personas de mayor experiencia que transmiten su saber hacer, a su ves que se fomenta la relación y la participación.
Además, para la mejor organización y funcionamiento, se instalaron talleres de bordados en las Casas de los Pasos, lo que permite un mejor seguimiento del proceso de creación de las piezas que van a conformar el importante patrimonio artístico de la ciudad. Esto supone una apuesta significativa en el plano formativo, fomentando el aprendizaje de las técnicas de bordado entre jóvenes, abriendo nuevas oportunidades laborales, su valoración y unas adecuadas condiciones de preservación.
Los Pasos que no tienen talleres de bordados propios realizan los encargos de sus proyectos bien en los talleres de los pasos que lo poseen o bien en los diferentes talleres de particulares que hay en Lorca, que no sólo trabajan para las cofradías o la misma ciudad pues entre sus encargos hay proyectos de diferentes puntos de la geografía nacional.
Durante todo el años se bordan en los talleres túnicas, mantos, insignias y demás vestimentas y complementos que lucen los personajes durante los desfiles, se renuevan piezas o restauran las prendas deterioradas como consecuencia del uso. En esta función se implican los directores artísticos, bordadoras y los mayordomos, pues todos ellos desarrollan un papel esencial en las tareas de conservación, limpieza y mantenimiento de las piezas que han participado en el Desfile, que deben ser guardarlas en espacios protegidos y blindados, habilitados para ello en las Casas de los Pasos, o bien en los espacios de los Museos para que sean contempladas por los visitantes. Aunque en otros lugares hay salas en las que se pueden ver obras bordadas, fuera de Lorca no hay Museos propiedad de cofradías de Semana Santa destinados a exhibir esta tipología de bordados en sedas.
Las cofradías trabajan permanentemente en la creación de ficheros donde se reflejan minuciosamente todas y cada una de las piezas que constituyen el Patrimonio Artístico de los pasos, teniendo de este modo un registro exhaustivo de las mismas, lo que facilita su control y estudio al objeto de conservarlas adecuadamente y someterlas a análisis y restauración.
Los conocimientos y técnicas relacionadas con el bordado y su puesta en escena en los desfiles bíblico-pasionales de Lorca han llevado a que éste de de ser una actividad artesanal dedicada a labores propias del hogar a transformarse en una manifestación artística con sus propias peculiaridades que ha ido evolucionando y cambiando a la par que el mismo desfile. Para mantener viva la tradición y su transmisión de generación a generación, se ha creado en la colaboración de diferentes organismos públicos una escuela oficial de bordado en el que el alumnado aprende las técnicas que les enseñan bordadoras y directores artísticos. La transmisión de estos conocimientos y prácticas ha permitido el aprendizaje y desarrollo de estas técnicas, favoreciendo su popularización y el establecimiento de vínculos sociales.
Sin duda, Lorca se siente identificada con este elemento cultural, el más singular de su patrimonio artístico, que proporciona prestigio a la ciudad y contribuye a definir su personalidad histórica. El bordado en oro y sedas constituye el componente esencial de los Desfiles Bíblico Pasionales de Lorca, la fiesta más querida y participativa de la ciudad, con importantes funciones sociales y culturales. Aunque los bordados cobran verdadero sentido durante la celebración de los desfiles, su materialización es fruto de la implicación directa de muchos lorquinos que durante todo el año se esfuerzan para hacer realidad este objetivo común. El arte del bordado lorquino es, en suma, una manifestación artística que permite a los lorquinos expresar su creatividad y un símbolo reconocido de su identidad cultural.