La Devoción Mariana
Los lorquinos tienen una relación de familiaridad de hijos frente a la Madre, con sus Vírgenes y Cristos. Esta exultante manifestación se expresa mediante los “vivas”, aplausos y piropos que les dedican, casi con diálogo en vocería, levantados de sus asientos. Es frecuente calificar a las Vírgenes como “Madres” o “Reina de la carrera”. Los gritos y la lluvia de flores al paso de los titulares de las diferentes cofradías o pasos lorquinos por la carrera provocan una pasión en la que las Vírgenes son consideradas como dos madres terrenales.
Por mucho empeño que se hubiese puesto en la rivalidad y emulación, en la puesta en escena, y en lo artístico y patrimonial del bordado lorquino, el asentamiento en lo popular no hubiera tenido las repercusiones que tiene si no se apoyara en el “devocionismo” que los lorquinos profesan a sus Vírgenes.
En la actualidad la importancia de todos estos elementos no reside sólo en su carácter religioso, en el sentido estricto del término. El renacer o mantener vivas sus tradiciones va más allá de las convicciones religiosas, pues se produce un profundo sentimiento de identidad, de pertenencia a un grupo, que adopta aquí un gran alcance social y cultural.